Mientras crecía en Guatemala, Nely Worthy no compartía las creencias cristianas de su madre. Se rebeló contra las limitaciones de una educación religiosa, se involucró con un hombre y tuvo una hija fuera del matrimonio.
Pero varios años después del nacimiento de su hija, Nely quiso tener un nuevo comienzo. Así que se trasladó a Estados Unidos para encontrar un trabajo que la ayudara a proporcionar atención médica a su madre. Con el tiempo, el Espíritu Santo comenzó a obrar en el corazón de Nely, trayéndole a la memoria mensajes de En Contacto que había escuchado en la radio. También recordó el profundo comentario que su madre hizo una vez sobre los sermones del Dr. Stanley: “Puedes seguir tu propio camino, pero algo de estas palabras se quedará contigo siempre”.
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