25 SEPTIEMBRE 2024
El 4.º Congreso de Lausana sobre la evangelización mundial, celebrado en Incheon, Corea del Sur, ha reunido a más de 10,000 líderes cristianos de diversas regiones del mundo. Este evento de proporciones históricas busca analizar las brechas y oportunidades en la misión global de la Iglesia, promoviendo una mayor colaboración y coordinación a nivel internacional.
El pastor Mauricio Valverde, de la Federación Alianza Evangélica Costarricense, detalló la magnitud del congreso y el proceso de preparación que lo antecedió:
«Antes de llegar aquí a Seúl, te cuento que iniciamos un proceso de dos años. Primero fue la preinscripción, y luego la preparación, que implicó un año y medio de reuniones en distintas regiones. En América Latina, por ejemplo, se llevó a cabo en Uruguay, donde mensualmente nos enviaban materiales para que llegáramos preparados», compartió Valverde.
Este evento es parte de un esfuerzo que lleva más de 50 años, en los que el Movimiento Lausana ha conectado a líderes y fomentado redes para enfrentar los desafíos contemporáneos en la evangelización. «Lausana no es solo un congreso donde hay un expositor y listo», señaló Valverde, «sino un espacio donde se mide el pulso de la evangelización mundial y del crecimiento de la Iglesia. Esto nos permite entender lo que la Iglesia ha venido haciendo y cómo debe adaptarse a un mundo en constante cambio».
La importancia del Congreso también radica en las oportunidades de hacer conexiones clave entre los líderes presentes. «Aquí viene gente de los cinco continentes, de más de 220 países. Líderes que manejan iglesias, recursos e instituciones a nivel mundial. Este espacio es ideal para hacer relaciones y entender de primera mano el mover de la Iglesia a nivel global», comentó Valverde.
Además, el Congreso ofrece un enfoque especial en cómo la Iglesia debe agilizar sus estrategias para alcanzar a las nuevas generaciones. «Estamos en un mundo que es cambiante, y la Iglesia tiene que adaptarse», explicó el pastor Valverde. «Esto no solo se trata de evangelización, sino también de discipulado, porque son dos aspectos que no se pueden separar».
El Movimiento Lausana, con una trayectoria que ya abarca medio siglo, sigue siendo un motor de colaboración para la misión global, brindando herramientas y conexiones para que las iglesias de todo el mundo trabajen juntas. Valverde subrayó que este evento «no es el fin, sino el punto de partida para seguir la obra de Dios en todo el mundo».
El congreso de Lausana es un símbolo de la unidad cristiana global, una plataforma en la que líderes de diversas denominaciones y culturas se encuentran para discutir, colaborar y planificar el futuro de la evangelización mundial. Más allá de las conferencias y mesas de trabajo, este evento sigue demostrando que la cooperación y el compartir de experiencias son esenciales para avanzar en la misión cristiana en el siglo XXI.
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