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10 DICIEMBRE 2024
¿Es ética la inteligencia artificial (IA)? Esa es la pregunta que se plantean tanto los líderes seculares como los cristianos a medida que la tecnología evoluciona rápidamente.
André Echevarría, líder de estrategias digitales de Estados Unidos en Cru, un gran ministerio cristiano anteriormente conocido como Campus Crusade for Christ, se encuentra entre quienes se debaten sobre cómo utilizar la IA.
En lugar de rechazar la creciente tecnología, cree que es una herramienta que se puede utilizar para difundir el Evangelio. Echevarría ofreció una respuesta intrigante cuando se le preguntó si la IA es moral.
“En lugar de debatir esa parte, yo diría: ‘¿Podemos redimirla para la gloria de Dios?’”, dijo. “Y eso es lo que estamos haciendo aquí. Estamos usando mucha de esa tecnología para poder ayudar a las personas a descubrir una relación con Jesús, profundizar en su relación con Jesús o tal vez incluso compartir su relación actual con Jesús con sus vecinos”.
Dijo que la ética del asunto depende realmente de un factor clave: cómo las personas eligen utilizar la IA. Vea la explicación de Echevarría:
Echevarría ya está viendo los beneficios de usar las redes sociales y tecnologías como la IA. Compartió un texto reciente que recibió de una persona que siempre se sintió marginada. El texto decía lo siguiente:
“Nunca crecí con un verdadero modelo a seguir en mi vida. Nunca me criaron en una religión. Mi historia comienza después de 2020. Traté de aprovechar al máximo la pandemia de COVID, pero sentí que faltaba algo. Además, además de comenzar la escuela secundaria, me sentí muy aislada. Sin embargo, al final de mi segundo año, decidí darle una oportunidad a Jesús. Los cristianos aparecían en mi página ‘Para ti’ en las redes sociales, así que decidí investigar más sobre el tema. Con el tiempo, comencé a escuchar la Biblia todos los días y estaba ansiosa por saber más sobre Dios”.
Al reflexionar sobre este mensaje de texto, Echevarría dijo que la historia proporciona una maravillosa ilustración de cómo Cru está utilizando la IA y otras herramientas en espacios virtuales y en línea para ayudar a acercar a las personas a Dios.
“Digamos que nuestra amiga tiene ciertas características, como por ejemplo que le gustan ciertas marcas y ciertos tipos de publicaciones”, explicó. “Entonces, podemos usar la IA para encontrar más personas como ella y luego poder poner nuestras ofertas y mensajes de esperanza frente a ellas. Por eso, estamos usando la IA incorporada en algunas de nuestras plataformas publicitarias para poder encontrar más personas con las que realmente podamos compartir el evangelio”.
Echevarría dijo que también están usando la tecnología para ayudar a equipar a las personas y hacerles saber, basándose en ciertas “aptitudes”, sobre los recursos disponibles para ayudarles a compartir su fe con sus vecinos.
“Y si ese recurso está en un idioma determinado o en un contexto determinado… podemos proporcionárselo”, afirmó. “Por eso, estamos usando IA en muchos espacios diferentes como este para… ayudarnos a contextualizar gran parte de esto”.
Echevarría es plenamente consciente de las críticas y preocupaciones que rodean a la IA, pero advirtió de lo que podría suceder si los cristianos deciden desvincularse totalmente de ella o ignorarla.
“Simplemente perdemos una oportunidad”, dijo. “Deberíamos aprovechar cada oportunidad para compartir… la esperanza eterna que tenemos. Y simplemente estamos perdiendo una oportunidad”.
Intenta animar a la gente a ver la IA como un “pasante avanzado”: una herramienta útil que puede ayudar a facilitar las tareas, sin adueñarse totalmente de los procesos de las personas.
“A su vez, obviamente no dejarías que [un pasante] dirigiera tu programa de radio todos los días, ¿verdad?”, dijo. “Tal vez les pedirías que investigaran un poco y que propongan algunos temas, ideas y algunas cosas que luego puedas ajustar para el esfuerzo y el resultado que deseas para el programa”.
Echevarría dijo que así es como Cru utiliza la IA: para ayudar a analizar documentos, explorar análisis e incluso traducir.
“Hemos visto resultados realmente buenos”, dijo. “Vemos que mucha gente se involucra con el material”.
Con todo esto en mente, Echevarría destacó la importancia de establecer barreras de seguridad para garantizar que la IA esté bajo control y no se apodere de cada proceso. Esto es algo que Cru hace de manera bastante intencional, y Echevarría señaló que nunca hay un momento en el que se utilice contenido virtual completamente automatizado.
“La IA no tiene una historia”, afirmó. “Nosotros tenemos una historia, y esa historia la sigue escribiendo Dios”.
Cru afirmó que el uso de IA ha producido ejemplos de personas “que dan múltiples pasos en su camino espiritual”, ofreciendo oportunidades para que el personal se involucre y ayude a que estas personas comprendan mejor el Evangelio.
En cuanto a usos futuros, Echevarría dijo que cree que la personalización continuará modificándose y utilizándose para llegar a personas en diferentes culturas y contextos.
Pero un área importante donde la IA podría volverse aún más indispensable es en el ámbito de la traducción.
“Ya sea que se trate de traducir libros o recursos, poder tener un recurso y traducirlo a 60, 70 u 80 idiomas a pedido en minutos en lugar de meses y años es una gran ventaja para la forma en que aceleramos un ministerio”, dijo.
Cru no utiliza actualmente la inteligencia artificial para traducir la Biblia, pero sí la emplea para traducir presentaciones del Evangelio. Dijo que personalmente ha podido utilizar la herramienta para esas conversaciones, a las que llama un «acelerador».
Para los equipos ministeriales más pequeños, Echevarría también destacó la edición de textos, el diseño gráfico y otras tareas, señalando que la IA puede ayudar a generar contenido muy necesario para los equipos que no tienen los recursos para crear en estas áreas.
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